Es posible que hayas oído hablar de los programas portables o aplicaciones portátiles y te hayas preguntado qué son y en qué se diferencian de un programa normal. ¿Son realmente portátiles? ¿Qué significa esto exactamente? ¿Es necesario instalarlos? ¿Son las versiones normal y portable de un mismo programa iguales o se pierde algo por el camino? Las aplicaciones portátiles son algo bastante práctico en muchos casos, pero ¿qué son? En unComo.com te contamos qué es un programa portable.
Listo para funcionar sin instalación
La característica principal de un programa portable es que no necesitan ser instalados: pueden funcionar directamente, solo con abrirlos, en cualquier sistema operativo compatible, ya que no necesitan bibliotecas adicionales que deban ser instalada en el sistema (lo que sí necesitan los programas normales).
Son portátiles de verdad
Al no necesitar estar instaladas, tampoco tienen por qué estar necesariamente guardadas en la memoria interna del ordenador. Pueden almacenarse y abrirse desde una memoria USB o cualquier otro tipo de disco duro externo, lo que significa que, efectivamente, son aplicaciones realmente portátiles.
No modifican el sistema
¿Qué significa exactamente eso de que no necesita instalación? Muy sencillo: toda la información necesaria para el funcionamiento del programa está contenida en su carpeta (por eso es también portátil). Todos los cambios o nuevos archivos que se generen serán guardados ahí, sin hacer modificaciones en el sistema operativo, algo muy práctico cuando se trabaja desde un ordenador en el que el usuario no es administrador.
¿Cuándo escoger una versión portable de un programa?
Muchos programas tienen las dos versiones, la instalable y la portable, ¿cuál es mejor? Todo depende del caso: si no eres administrador del equipo y no puedes instalar programas, un portable te facilitará la tarea. Si es un programa que utilizas solo puntualmente, sueles trabajar en equipos ajenos, o tienes poca memoria en tu ordenador, también te convendrá una aplicación portátil.
¿Cuándo quedarse con la versión instalable de un programa?
Los portables no son siempre la solución, y hay casos en los que un instalable es lo más recomendado: si, por ejemplo, son programas que hacen trabajar mucho al procesador, es mejor optar por los instalables, ya que los portables tienden a ser menos estables. Si el autor del portable no es el mismo que el del programa original, también es conveniente hacer una instalación. Y si en general es un programa que utilizas mucho, es más sencillo tenerlo instalado.